La lámina galvanizada es una lámina de acero que se somete a un proceso de inmersión en caliente, que recubre con zinc. Este proceso ayuda a prevenir la corrosión y la oxidación provocada por diferentes factores. Tal es el caso de la humedad, el agua, el aire y la contaminación atmosférica. El zinc se encarga de prolongar la vida útil de la pieza que se ha cubierto por este material.
¿Qué es y en qué consiste el proceso de galvanizado?
Es un tratamiento que se hace a una lámina de metal con el objetivo de evitar su corrosión. Este proceso se lleva a cabo sumergiéndose en un crisol de zinc fundido a 450° Celsius.
Con esto, no solo se logra hacer un revestimiento al acero de la lámina, sino que el hierro y el zinc reaccionan químicamente creando una película.
Cuando la lámina que ya se ha galvanizado se expone a las condiciones medioambientales, la capa de galvanizado reacciona ante el oxígeno del aire. Produciendo óxido de zinc, el cual a su vez produce hidróxido de zinc, al entrar en contacto con el agua. Misma que con el tiempo, se torna en una capa gris, por la presencia constante de dióxido de carbono y carbonato de zinc.
Todo esto se traduce en la formación de un componente que se adhiere indisolublemente al acero. Provocando que su deterioro ante los cambios climáticos sea mucho más lento que si se encontrara en forma bruta.
Debido a este procedimiento de galvanizado, una lámina puede durar muchos años en uso.
Principales usos de la lámina galvanizada
Gracias a su fácil manejo, transportación, instalación y a su larga vida útil, hace que la lámina galvanizada sea un material apto para diversos tipos de industrias. Como por ejemplo:
- Automotriz
- Construcción de edificios y viviendas
- En la construcción de herramientas
- Para el diseño de muebles
- En utensilios de cocina y muchos más.
En Perfiles Santa Martha podemos encontrar las láminas galvanizadas en diferentes medidas y grosores. Si tienes alguna duda, contáctanos a través de nuestras redes o de nuestro Call Center.
